La 1ra guerra secreta mundial

Sin importar cuánto se esfuerce el liderazgo mundial en mantener que la guerra en curso se debe a la posesión por parte de Irak de armas de exterminio masivo, cada vez es más obvio que las razones se extienden mucho más allá de lo que la prensa se atreve a publicar. Sería más fácil explicar el conflicto aludiendo al extremo prejuicio que siente la administración Bush  por el régimen de Saddam Hussein, que a la amenaza de un posible arsenal que ya existe de hecho en otras naciones no simpatizantes de la hegemonía estadounidense en la diplomacia mundial.

El gobierno de Bagdad se ha convertido en una amenaza al orden establecido por la posibilidad que existe en este momento de que Europa no siga cumpliendo con el embargo impuesto por las Naciones Unidas.

Esto no sería de ninguna importancia de no ser por que el Dólar ha estado perdiendo fuerza contra el Euro, poniendo en peligro a la moneda estadounidense como estándar mundial. Hay más de 3 trillones de dólares flotando alrededor del mundo, y dos tercios de las reservas oficiales en Bancos Centrales son en dólares. Una giro brusco hacia el Euro, traería como consecuencia un déficit interno en los EE.UU. cuya dimensión sería muy difícil de imaginar, pero que sin duda llevaría a su declive.

En este momento, existe un movimiento para pasar el pago del petróleo de dólares a euros. Irak, con un golpe bajo a Washington que finalmente ha desencadenado la guerra,  ya lo ha hecho para aumentar el valor del fondo de comida por petróleo de las Naciones Unidas. Con las mismas intenciones, otros países del hemisferio han tentado la idea de adoptar el Euro para las compras de petróleo, y Jordania ya había hecho un trato bilateral con Irak completamente en Euros justo antes de que se iniciaran las hostilidades.

Los EE.UU. tratará, lógicamente, de evitar que esto suceda, declarándole la guerra no a Irak, sino a Europa, cortándoles las alas a sus sueños en Euros al fortalecer su influencia en la región vía gobierno títere en Irak. Europa finalmente se ha dado cuenta de que tras la caída de la cortina de hierro, su peso en la diplomacia mundial es prácticamente nulo, ya que los EE.UU. en realidad no necesita su apoyo o permiso para emprender cualquier iniciativa. Reducir esta independencia, la cual supone una seria amenaza a su economía, era el objetivo de la extensión de la zona de influencia del Euro.

Claro está que el atrevimiento les va a costar caro, pero tenían sus razones para haber considerado viable este plan. La economía estadounidense está pasando por una depresión que los analistas de Wall Street describen como incomparable. El gobierno federal, que estaba en superávit, repentinamente se encuentra en profundo déficit. Y quizás lo más tenebroso de todo, y que la Unión Europea debe haber hallado estimulante, es que el déficit de la balanza comercial de los Estados Unidos en el 2002  aumento 21.5% con respecto al año 2001. Con los Estados Unidos pasando por una de sus peores crisis económicas, los aliados de los EE.UU. parecieron presas fáciles a los Europeos. Todo era, supusieron ellos, cuestión ser el mejor postor, sin contar de que Washington iría tan lejos como ignorar sus votos en contra en las Naciones Unidas para defender su posición.

Lanzando el ataque a Irak, además, Washington no sólo trata de salvar su liderazgo, sino que además quiere enviar el mensaje de que ira tan lejos como sea necesario para defender el orden económico establecido con sus aliados. El país que mejor representa esto es Japón. La economía del Japón se encuentra hecha trizas desde hace mas de diez años y la principal causa es que ellos importan todas sus fuentes de energía, 80% de ellas en petróleo proveniente del Medio Oriente. Durante lo que va del año 2003, casi cada día que ha pasado ha registrado un nuevo record en baja en la bolsa de Tokio, y con el petróleo en más de $35 y subiendo, la deuda externa japonesa se multiplica día a día, lo que lo hacía un candidato perfecto para cambiar al Euro en vez de quedarse atado a un dólar cada vez menos valioso. Por supuesto, los Estados Unidos también velan por sus intereses al hacer esto ya que si la economía llegara a colapsar el país nipón sería imposible para los bancos estadounidenses recobrar sus inversiones.

Pero aun después de la invasión a Irak, la situación es en extremo delicada para Washington. Los europeos, claros en el punto de que no son contendor posible contra el empuje bélico de los EE.UU., utilizarán la ultima carta que les queda para seguir con sus planes de internacionalización de su moneda y por consiguiente de fortalecimiento y defensa de sus economías. El Fondo Monetario Internacional que es prácticamente  el Banco Central del Mundo es controlado aparte de por Estados Unidos e Inglaterra, por Japón, Francia y Alemania, cada uno teniendo puestos permanentes que responden actualmente a Horst Köhler, su presidente que es alemán.

Si las hostilidades diplomáticas entre Europa y América siguen escalando de la manera en que lo han hecho en los últimos meses, a menos que el Euro retroceda frente al dólar, obligando a los europeos a tocar la retirada, no esperemos a los Estados Unidos beneficiándose de la silla que ocupa en el organismo internacional. Porque aunque Japón e Inglaterra son aliados «incondicionales» de Washington es difícil imaginar el futuro de Inglaterra sin Euro y la posición de Japón, siendo eminentemente comercial, yendo hacia dónde se mueva la balanza de la economía mundial.

Por los momentos, sin embargo, pareciera que Europa tiene más de que preocuparse. El estado de sus medios de defensa no puede considerarse ni siquiera razonable. Lo cual también debe haber sido considerado a la hora de negarse a intervenir en Irak. El gobierno europeo debe tener más que claro que el Medio Oriente es un territorio que no sólo le es próximo, sino accesible por vía terrestre. Lo que hace que cualquier desequilibrio en la región, ofrezca la posibilidad de expandirse hacia su propio territorio. Ha sucedido antes y puede suceder otra vez, porque si los países del Medio Oriente se lo propusieran, muy posiblemente pudiese tomar ámsterdam a camello prácticamente sin resistencia.

Pero por los momentos no les queda otra que sentarse a contemplar los acontecimientos mientras planean su próximo movimiento. Los Estados Unidos desde ya han hecho saber que presionarán al gobierno que finalmente tome sobre Irak, para que no acepte la contratación de compañías provenientes de los países que no apoyaron la guerra contra Saddam. Y la lista negra incluye a aquellas compañías que contrataron con Irak mientras Saddam estaba en el poder. Lo cual le será sumamente difícil de imponer a los estadounidenses debido al control europeo del  FMI comentado anteriormente, pero no tanto como pagar por el esfuerzo de  reconstrucción por sí mismos.

Hasta ahora en medio del empuja y jala, Washington ha llevado todas las de perder en una guerra impopular por falta de información que diplomáticamente no sería correcto revelar. Esperemos que George Bush no se equivoque en la elección de su estrategia de post-guerra. Dándole espacio a los europeos para que respiren podría evitar que sigan persiguiendo un liderazgo que no podrían manejar y le da daría un nuevo aire  las relaciones entre ambos países. Además de evitarnos tener que lidiar con ellos tras apenas 200 años de independencia.


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