Celia Cruz

Celia Caridad Cruz Alfonso es la cantante latina más famosa del mundo. Nominada al Grammy diez veces, Cruz ha recibido la Medalla Nacional de las Artes en los Estados Unidos y doctorados honorarios de la Universidad de Yale y de Miami. Hasta una calle en Miami lleva su nombre y sus coloridos vestidos y zapatos están en exhibición permanente en el  Smithsonian. El museo de cera de Hollywood tiene una estatua tamaño natural de la cantante cubana y en la misma ciudad sus manos estampan el Paseo de las Estrellas.

Una de 13 hermanos, Celia nació en el barrio Santos Suárez de La Habana, y se sintió atraída por la música desde que era muy joven. Su primer par de zapatos fueron el regalo de un turista a quien ella le cantó en la calle. En su casa le cantaba a sus hermanos para dormirlos, y en obras de la escuela y el barrio, hasta que una tía la llevó a un cabaret para que empezara a ganarse la vida.

Animada por un primo, Cruz empezó a participar y ganar concursos locales de talentos, lo cual no era del agrado de toda la familia, en especial su padre, que veía en la música una carrera menos que decente. El no había criado a su hija para que fuera una cabaretera.

Así que mientras ella asistía a los concursos su padre empujaba hacia el otro lado tratando de llevarla hacia una carrera más decente: la educación. En una entrevista en 1997 Cruz afirmó que, «ella había cumplido el deseo de su padre de que fuera maestra, ya que a través de la música enseñó a generaciones enteras acerca de su cultura y de la felicidad que significa vivir la vida».

En 1947, la familia finalmente cedió, pero no sin antes insistir en que debía hacerlo formalmente por lo que Cruz se inscribió en el Conservatorio de Música de La Habana. Allí consiguió inspiración y guía en la cantante afro-cubana Paulina Álvarez. Durante estos años cantó con el grupo Gloria Matancera, viajó por el Caribe con la agrupación Las Mulatas de Fuego y grabó canciones religiosas Yoruba para la radio cubana.

Pero su golpe de suerte vino cuando la cantante de La Sonera Matancera, Myrta Silva «La Bombonera De San Juan», súbitamente abandonó la banda para iniciarse como solista en Nueva York en agosto de 1950, y su director, Rogelio Martínez, llamó a Celia como reemplazo. La Sonora ya era en ese entonces una agrupación famosa internacionalmente, y tenía un programa semanal de alta sintonía en Radio Progreso de Cuba.

La primera vez que Celia cantó con la banda, fue en un ensayo que La Sonora realizaba todos los días a las 11 a.m. en los estudios de Radio Progreso. Los temas que Celia llevó para cantar fueron En el Tiempo de la Colonia y No Queremos Chaperonas. Al llegar al estudio, el primero que encontró fue a Pedro Knight, el trompetista de la banda con quien se casaría más tarde el 14 de julio de 1962.

Pero la iniciación con la banda no fue nada fácil. El público idolatraba a Myrta Silva y al saber de su despedida llovieron las cartas pidiendo su regreso y la exclusión de la nueva cantante, llegando incluso a insultarla por pretender ocupar los tacones de Myrta. Pero no tardó mucho en hacerse sentir, y realizó las primeras grabaciones con La Sonora en 1951, tras divergencias entre los productores y la banda, por considerar los primeros que la voz de Celia no era comercial. Tremendo pelón…

Con la llegada de Fidel Castro en 1960, Cruz y Knight se negaron a volver a Cuba y junto con la banda pidieron asilo en México, su mercado más fuerte. Antes de partir, el martes 10 de mayo de 1960 Celia grabó por última vez con La Sonora en Cuba, y cinco días después salió de la isla para no volver jamás. En octubre, el gobierno de Cuba le canceló el pasaporte por no regresar en el tiempo reglamentario, cosa que ni siquiera le permitió volver cuando la madre de Celia murió en abril de 1962. El día de la muerte de su madre, Celia se presentaba en el Teatro Puerto Rico de Nueva York. En su memoria, cantó el tema «Me voy a Pinar del Río».

En principio Celia y Pedro tenían la idea de radicarse en la costa oeste, donde las orquestas estaban en auge en el circuito hotelero y de Hollywood, pero al final se decidieron por Nueva York, donde Knight se desempeñó como manager de su esposa desde 1965 hasta mediados de los años noventa, cuando se retiró para ser su director musical y el conductor de su banda.

En Nueva York sucedía en ese entonces un fenómeno cultural increíble producto sobre todo de la misma situación cubana. Con la llegada del comunismo, muchos músicos se mudaron a Nueva York, uniéndose a la ya numerosa comunidad cubana en el exilio, que cocinaba lo que más tarde sería conocido como la salsa. Uno de sus máximos exponentes era el neoyorquino Tito Puente.

Al dejar La Sonora Matancera en 1965, Cruz se lanzó como solista con una banda que Puente formó para ella. Esta colaboración, a pesar de producir ocho discos fue un fracaso comercial, lo que produjo su separación. En lo que quedaba de los años sesenta, Cruz —firmada por Fania— grabó junto a Oscar D’ León, Cheo Feliciano y Héctor Rodríguez. Pero nunca se repitió el éxito que había experimentado en sus años con La Sonora.

Diez años después de la ruptura, le llegó de nuevo la oportunidad de saborear el éxito cuando grabó el disco Celia y Jhonny junto a Johnny Pacheco. El disco fue un boom, y como Pacheco era uno de los dueños de la Fania, la incluyó dentro de la alineación de lo que pasaría a la historia como The Fania All Stars.

Fania Records había sido formada en 1964 por Johnny Pacheco y el abogado Jerry Masucci. Era una disquera independiente cuyos discos Pacheco distribuía personalmente a las tiendas locales o las vendía desde la maleta del carro. Pero para 1967, la habilidad para los negocios de Masucci empezó a pagar dividendos.

Tras grabar discos para estrellas como Ray Barreto, Willie Colón y el mismo Pacheco, Fania se convirtió en la firma más popular en la comunidad latina de Nueva York. Por lo que cuando Masucci recibió una llamada del promotor Ralph Mercado con la idea de hacer un concierto en el Red Garter, un club popular y lo suficiente amplio en el Greenwich Village de Nueva York, con un grupo formado por los artistas que habían grabado para ellos, esto inmediatamente sonó a éxito. El concierto fue a casa llena y más tarde fue vendido en dos volúmenes llamados Live At The Red Garter ’68, el cual no se vendió en ese entonces, pero con el tiempo se ha convertido en uno de los discos esenciales del género.

Este primer disco de la Fania incluyó a Tito Puente y Eddie Palmieri y tras darse cuenta del potencial de la idea, Masucci empezó a preparar una segunda sesión, que esta vez sería documentada en una película. El concierto tuvo lugar en el club Cheetah de Manhattan el 26 de agosto de 1971, y los fanáticos llenaron el club al doble de su capacidad. El disco resultante Live at the Cheetah salió a la venta al año siguiente junto al documental Our Latin Thing (Nuestra Cosa).

A partir de allí, Fania se caracterizó por sus conciertos multitudinarios, con un grupo de músicos que seguían sus carreras por su lado. El 24 de agosto de 1973, el grupo tocó a casa llena en el Yankee Stadium, y en 1974, en la cúspide su fama, fueron contratados para tocar en Zaire, antes de la pelea histórica que fue conocida como Rumble in the Jungle, entre Muhammad Ali y George Foreman.

La entrada de Celia en Fania fue exactamente al año siguiente y este era el empujón que su carrera necesitaba para convertirse en la respetada cantante que fue en sus últimos años.

De su colaboración con el grupo, Celia Cruz grabó con Pacheco otros 6 discos y con diferentes miembros de la Fania, otros ocho entre 1975 y 1988. En esta época Celia se gana el apodo de «La Dama de la Salsa» y se convierte en la artista mejor pagada del género.

El 17 de septiembre de 1987, Celia Cruz recibe una estrella en el Boulevard de las Estrellas en Hollywood, y tres años más tarde, en junio de 1989, recibe el Premio Grammy a la mejor artista latina, después de haber sido nominada durante cinco años consecutivos.

En 1992, la popularidad de Celia Cruz llegaría al mercado estadounidense cuando apareció en la película The Mambo Kings. Cruz también apareció en The Pérez Family y cantó la canción Loco de amor a dueto con David Byrne para la película Something Wild. En 1998, Cruz grabó el disco Duetos, donde canta junto a Willie Colón, Ángela Carrasco, Oscar D’ León, José Alberto «El Canario» y La India.

Cruz continúo presentándose y grabando hasta que fue noqueada por un tumor cerebral que le fue diagnosticado en el 2002. Mientras se recuperaba de la operación para remover el tumor, se las arregló para ir al estudio todos los días y grabar el disco Regalo del Alma que salió a la venta a principios del 2003.

Pero su cirugía fue parcialmente exitosa y el 16 de julio del 2003 pasó a historia quien era conocida como «La Guarachera del Mundo» y «La Reina de la Salsa». Su muerte dejó un inmenso vacío en la música popular latina que hasta los momentos parece no tener sucesor.


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