Este excelente «grupo» (que es más la mezcla de otros grupos) es uno de los aportes musicales a seguir en este comienzo del 2007. ¿Damon Albarn (Blur, Gorillaz), tocando con Paul Simonon (bajista de The Clash)? Un excelente experimento…
¿Qué se puede decir de Damon Albarn, el cantante de Blur, sino que el tipo no se cansa de sorprender? Luego de apoderarse del brit pop por allá por los años «90, el inglés ha encadenado una serie de apuestas arriesgadas que lo han llevado a extender sus horizontes musicales y a re-oxigenar a la movida británica.
Sucede que la movida británica tiene tiempo sufriendo. Con Radiohead consagrado e intocable, la plaza parecía libre para agrupaciones nuevas. Primero fue The Libertines quien creara un seguimiento fuerte de fanáticos, pero los conocidos excesos de Paul Doherty condujeron a su disolución y la creación de la aceptable —pero nada genial— banda Babyshambles. Supongo que en tiempos de crisis se vuelve a los orígenes, ya que el disco «Down in albion» fue producido por otro clashero, Mick Jones.
Claro que luego vinieron los Arctic Monkeys, y lo que quedó fue recoger los pedazos de todo lo que este grupo destruyó a su paso. Un excelente disco, que fue recibido como un «clásico instantáneo» por medios de comunicación como NME y demás (otra referencia:«la prensa escoge los mejores discos del 2006»). Esto motorizó la mayor parte del 2006. La mala noticia es que con tanta presión, los Monkeys la tienen difícil para su próximo disco (seguiremos comentando).
Luego aparece el genio de Damon Albarn. En vez de conformarse con su estatuto de superestrella del rock e ir a fiestas en la mansión Playboy, el líder de Blur parece más bien preocupado por volverse músico. Si algo caracteriza a este personaje es la búsqueda sin cansancio de nuevas formas, nuevos sonidos, siempre explorando y experimentando.
El excelente «Demon Days» de Gorillaz es la perfecta muestra. Bájense, si pueden, algún concierto en vivo de Gorillaz para que vean la increíble puesta en escena y los arreglos que hace la banda en vivo.
Ahora viene Albarn con su nuevo grupo, «The good, the bad and the queen», formado por los dos antes mencionados, más Simon Tong (guitarrista de Verve) y el baterista Tony Allen. Al escuchar este disco, los primeros surcos sientan el tono para lo que vendrá. El grupo intenta crear espacios atmosféricos a lo Gorillaz, pero sin el Rub «n Dub que venía de la parte de DJ Danger Mouse. Este último sigue allí, garantizando la producción y manteniendo el sonido alrededor de una serie de matices grises donde juega la voz de Albarn, el piano o las cuerdas invitadas (como en el excelente «Nature Springs»). Paul Simonon no complica mucho las cosas, manteniendo un bajo constante y omnipresente, mientras Simon Tong juega con diferentes arpegios e intervalos repetitivos según el tema.
En fin, la voz de Albarn encaja perfecto con el estado de ánimo creado por los músicos. Cuando canta: «emptiness and computers bother me», vemos que hay un leitmotiv en la música de hoy en día, una preocupación por la alienación del mundo informático (véase el excelente disco de Beck, «The Information», por ejemplo). El resto son textos profundos que reflejan sus ya conocidas inquietudes políticas y sociales, como en «Kingdom of doom»: Drink all day / Coz the country is at war/ Soon you»ll be falling of the palace walls.
No puedo sino recomendarles este disco. Me parece que es de esos trabajos que hay que escuchar completo, no lo veo como una colección de singles, por lo que me abstengo de enfatizar una canción en particular. Óiganlo todo, ya que desde el principio y el ambiental «History Song», hasta el más cacofónico final del tema que le da nombre al grupo y al disco, hay muchas cosas que sacar de este trabajo. También pueden visitar el excelente sitio web de la banda, donde tendrán acceso a entrevistas, videos y datos curiosos.
Enlaces de interés
Descubre más desde El Nuevo Cojo Ilustrado
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.