Los Rolling Stones: 50 años de discos (guía para dummies)

Durante los premios Grammy del 2012 un asombroso número de usuarios de Twitter preguntaron a sus seguidores si conocían al anciano que acababan de ver en televisión. El anciano era Paul McCartney y por la gran cantidad de mensajes de 140 caracteres o menos haciendo preguntas similares podría pensarse que los 4 de Liverpool no son muy populares con las nuevas generaciones.

Si bien este nivel de ignorancia es inexcusable, la verdad es que han pasado 42 años (sí, ¡42!) desde que John, Paul, George y Ringo decidieron separarse y que el catálogo de Los Beatles—aunque explotado hasta el hastío—es difícil promocionarlo en un industria musical cada día más dependiente de las presentaciones en vivo. Irónicamente, vale decir, ya que si hay algo que Los Beatles no hacían era dar conciertos—pararon en 1966 para convertirse en una banda de estudio.

Y también está el asunto de la disponibilidad de su música en línea, la cual aún no está disponible en servicios tan populares como Spotify y apenas fue licenciada a iTunes en el 2010. Y no por casualidad. Apple (dueña de iTunes) batalló legalmente a Los Beatles de 1978 al 2006 por violación de derechos de autor debido a que el nombre y el logo de la empresa de Steve Jobs eran similares—aparentemente a propósito—a la de Los Beatles (Apple Corps.). Pero esto lo dejo para otro artículo.

Con todo y esto Los Beatles son la banda más exitosa de la historia con más de 1 billón de discos vendidos e intereses de todo tipo en negocios relacionados con la música (como artículos de vestir, libros, partituras, y demás). Pero muchos músicos de la misma época aún están activos y también han logrado convertir sus franquicias en negocios millonarios a pesar de la distancia entre sus picos creativos y las nuevas generaciones. No todos por supuesto, pero a la hora de elegir un ejemplo el mejor de todos es Los Rolling Stones.

Los Rolling Stones celebran el 50 aniversario de la edición de su primer disco en el 2013, y para celebrarlo han anunciado una gira—que como todas las anteriores—muy posiblemente no deje un ticket sin vender.

Como con Los Beatles, no hay nada que ya no se haya dicho de Los Rolling Stones por lo que no voy a ahondar mucho en la biografía de la banda—su historia está disponible en numerosos sitios web para aquellos que quieran ahondar en el asunto. Sin embargo, siempre vale la pena discutir su discografía, que entre altos y bajos ha producido algunos de los sencillo más conocidos del Rock & Roll. Algo que quizás pocos se imaginaron en sus primeros años considerando que los Stones tardaron bastante en producir material original—sus primeros EP, álbumes y éxitos fueron y/o incluyeron mayormente versiones de otros artistas.

La primera y última vez que los vi en concierto fue en el ya demolido Giants Stadium de Nueva Jersey el 15 de septiembre del 2005 durante la gira «A Bigger Bang». Me había hecho fanático de los Stones durante la peor época de la banda (los años 1980) pero tuve la suerte de ser guiado hacia su discografía más relevante por conocidos que la habían seguido desde sus comienzos. En ese concierto, Jagger & Co. se pasearon por 21 temas que tocaron base con todas las etapas de su carrera, pero que en perspectiva dejó bastante que desear. Claro, es imposible incluir todos los éxitos de los Stones en un sólo concierto, pero el setlist—en toda la gira—incluyó poco más de lo que usualmente se escucha en cualquier estación FM del planeta (aunque no hubo «Gimme Shelter» ni «Paint It Black»).

La selección de esa noche llevó a múltiples y airadas discusiones acerca de cuál sería la lista de canciones ideal en un concierto de Los Rolling Stones y cuáles serían los álbumes ideales para iniciar a un desconocedor de la banda. Discusiones que me vinieron a la mente tras ver los mensajes de personas que no sabían quién era Paul McCartney y que—muy seguramente—tampoco sepan quiénes son Keith Richards y Mick Jagger. Para estos individuos está es mi lista de álbumes básicos de los Rolling Stones.

Ignoraré los sencillos para enfocarme en los LP, formato que en la época en que aparecieron los Stones se reservaba para la élite de la industria del disco y que los Stones tardaron en comprender. No por falta de talento, sino porque concentrados como estaban en la actualización de material ajeno, sus primeros álbumes sufren de fuertes incoherencias, relleno y la ausencia de muchos de sus éxitos debido a la costumbre británica de mantener sencillos y álbumes como entidades separadas (de allí que al menos una de sus compilaciones sea obligatoria).

Lo cual tampoco era tan raro ya que no fue hasta que Los Beatles (¡siempre Los Beatles!) se desligaron de su administración corporativa y se transformaron en el prototipo del grupo moderno de rock independiente que escribía, grababa y hasta promocionaba sus canciones que los Stones se amoldaron al concepto y se transformaron en la institución que son hoy en día—una mucho más sofisticada, por cierto, que la que acreditaba sus canciones al seudónimo Nanker/Phelge y se anotó algunas libras grabando un jingle para Rice Krispies.

Por cierto, esta es una guía básica de introducción a la discografía de Los Rolling Stones y la selección esta abierta a discusión. La banda tiene bastantes discos excelentes a pesar de nunca haber entrado en las carteleras y muchos no los incluí aquí para enfocarme en lo elemental. Las críticas de los álbumes serán publicadas progresivamente en Lobotoradio (y El Nuevo Cojo), donde algunas ya están disponibles (en esas páginas también pueden escuchar los álbumes completos). 

REALMENTE EXCEPCIONALES
DISCOS HISTÓRICOS
LET IT BLEED
(Decca, 1969) 
Tras superar el fiasco de «Their Satanic Majesties Request» con el excelente «Beggars Banquet», los Rolling Stones continuaron redescubriendo sus orígenes con «Let it Bleed», álbum considerado por numerosos críticos como el magnum opus de la banda. Como en «Beggars Banquet» la influencia del Delta Blues es patente a lo largo y ancho del disco (incluyendo una versión de «Love in Vain» de Robert Johnson, uno de los maestros del género), el cual también incluye algunos de los mejores guitarrazos de Keith Richards y tres de los temas más conocidos de la banda («You Can’t Always Get What You Want», «Gimme Shelter» y «Midnight Rambler»). Este también fue el último álbum de Brian Jones, quien se ahogó en su piscina meses antes de la edición del álbum tras grabar la autoarpa para «You Got the Silver» (uno de los pocos temas cantados por Richards) y la percusión en «Midnight Rambler». Mick Taylor, quien permaneció con la banda hasta 1974, reemplazó a Jones y asumió el rol de guitarra rítmica. La presencia de Taylor y la ausencia de Jones fueron determinantes en la diversidad musical asociada con el álbum, cuyos temas decadentes, abiertamente sexuales y/o apocalípticos se benefician del cambio.

Canciones a oír: Gimme Shelter, Let it Bleed, Midnight Rambler, You Can’t Always Get What You Want

STICKY FINGERS
(Rolling Stones Records, 1971) 
Uno de los grandes «problemas» de los Rolling Stones está en la aparente disociación entre música y letras. Para ser justos, algunos de sus temas más lúgubres suenan como deberían: apocalípticos, tristes, oscuros, amenazantes. Pero otros son algo confusos y, aunque parezcan inofensivos, en realidad son bastante sórdidos. «Sticky Fingers» es un gran ejemplo de esta dualidad, con una selección de temas que reflejan el uso de drogas de la banda sin muchos tapujos (todas las canciones las mencionan directa o indirectamente). Sólo en «Brown Sugar», uno de los temas mejor conocidos y menos entendidos de los Stones, Jagger se las ingenia para prender una fiesta a base de tabúes como el sexo oral, las relaciones interraciales, la esclavitud, la violación y por supuesto, el uso y abuso de drogas. Que está canción ya tenga 40 y pico de años sonando en la radio es realmente un milagro, pero también proyecta la personalidad de la banda como ninguna otra.

Canciones a oír: Brown Sugar, Wild Horses, Can’t You Hear Me Knocking, Sister Morphine, Moonlight Mile

EXILE ON MAIN ST.
(Rolling Stones Records, 1972)
Este extenso y celebrado doble álbum no sólo es un clásico de los Rolling Stones, también se le considera un patrón estructural dentro del rock & roll. Sin embargo, al momento de su edición tanto críticos como fanáticos estuvieron justificadamente divididos en cuanto a sus méritos. «Exile on Main St.» es, bajo cualquier estándar, un álbum poco común que a primera vista parece una de dos cosas: una lista de tomas descartadas sin dirección o sentido aparente o una selección demasiado obvia de temas que busca complacer todo tipo de gustos. Ninguna de estas opciones es llamativa, pero esa es la inevitable impresión que produce el mezclote de blues, jazz, soul, country, rock & roll y hasta góspel que Jagger y compañía dividieron en cortes rock y acústicos. Y para empeorar las cosas, el disco no sólo no produjo ni un éxito, la banda parece no haber ni siquiera intentado grabar uno. Todo esto sería razón suficiente para juzgar la frustración inicial con «Exile on Main St.». Sin embargo, los Stones no buscaban complacer un extenso mercado comercial, ni escribir éxitos, ni sacarle unos dólares a tomas descartadas de otros álbumes. La banda simplemente disfrutaba del raro privilegio en la industria de la música de no tener que rendir cuentas a nadie.

Canciones a oír: Rocks Off, Tumbling Dice, Loving Cup, Shine a Light

BEGGARS BANQUET
(Decca, 1968) 
Tras una mal recibida experimentación con psicodelia en «Their Satanic Majesties Request», los Rolling Stones retornaron a sus orígenes con «Beggars Banquet», el primero de cuatro álbumes generalmente considerados los mejores en su catálogo. De hecho, «Beggars Banquet» no sólo representa un retorno de los Rolling Stones al blues y rock que había definido sus trabajos anteriores, es el resultado de años de maduración de un sonido que definiría a la banda de aquí en adelante. Grabado en 1968 en los Olympic Studios de Londres, este fue el primer disco de los Rolling Stones producido por Jimmy Miller, quien venía de producir los dos primeros álbumes de Traffic y también produciría «Let It Bleed», «Sticky Fingers», «Exile On Main St.» y «Goats Head Soup». La influencia del productor es notable y puede apreciarse tanto en la corrección de las ya crónicas inconsistencias en los larga duración de la banda como en la solidificación de su estilo hacia el blues rock.

Canciones a oír: Sympathy for the Devil, Street Fighting Man, Salt of the Earth, Stray Cats Blues

BUENOS TAMBIÉN
PECADO NO TENERLOS
AFTERMATH (UK)
(Decca, 1966) 
Tras reciclar cuanta canción de R&B cayó en sus manos, Los Rolling Stones finalmente editaron un álbum completo de material original en 1966. Uno de tal importancia en su lenta evolución musical que determinaría, hasta cierto punto, su extraordinaria longevidad.

Canciones a oír: Mother’s Little Helper, Under my Thumb, Lady Jane, Out of Time, I Am Waiting

LOADED
(Atlantic Records, 1970) 

Canciones a oír: Dancing with Mr. D., Doo Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker), Angie, Star Star

SOME GIRLS
(Rolling Stones Records, 1973) 

Canciones a oír: Miss You, Just My Imagination (Running Away with Me), When the Whip Comes Down, Far Away Eyes, Beast of Burden, Shattered

TATTOO YOU
(Rolling Stones Records, 1978) 

Canciones a oír: Start Me Up, Hang Fire, Little T & A, Waiting on a Friend, Slave, Worried About You, Heaven

NO PARA TODO EL MUNDO
ABSTENERSE CURIOSOS
ENGLAND’S NEWEST HIT MAKERS
(London, 1964) 
El álbum debut de The Rolling Stones no es precisamente revolucionario, pero en una época en la que el concepto de Rock & Roll aún estaba por definirse la banda definitivamente puso su granito de arena al actualizar una docena temas clásicos y no tan clásicos (el disco tiene 1 tema original y 11 versiones de temas escritos y/o ya grabados por Chuck Berry, Buddy Holly, Willie Dixon y Rufus Thomas). Algunas de estas versiones se han vuelto más populares que las canciones originales («Not Fade Away») y el álbum fue, sin ninguna duda, todo un éxito a pesar de la falta de material original. Sin embargo, si ignoramos que este fue el primer disco de los Stones, «England’s Newest Hit Makers» está bastante lejos de ser un clásico.

Canciones a oír: Not Fade Away, I Just Want to Make Love to You, Tell Me, Walking the Dog

THEIR SATANIC MAJESTIES REQUEST
(Decca, 1967) 

Canciones a oír: In Another Land, Citadel, 2000 Man, She’s a Rainbow, The Lantern, Gomper, 2000 Light Years from Home

VOODOO LOUNGE
(Virgin, 1994) 

Canciones a oír: Love Is Strong, You Got Me Rocking, Brand New Car, Thru and Thru

BETWEEN THE BUTTONS
(Decca, 1967) 

Canciones a oír: Let’s Spend the Night Together, Yesterday’s Papers, Ruby Tuesday, All Sold Out, Complicated, Miss Amanda Jones

MEJOR COMPILACIÓN DISPONIBLE
FORTY LICKS
(Virgin, 2002) 

Canciones a oír: Street Fighting Man, Gimme Shelter, (I Can’t Get No) Satisfaction, Tumbling Dice, It’s Only Rock ‘N Roll (But I Like It) y todas las demás.

MEJOR ÁLBUM EN VIVO
GET YER YA-YA’S OUT
(Decca, 1970) 
El catálogo oficial de discos en vivo de Los Rolling Stones es, cuando más, pobre, pero «Get Yer Ya-Ya’s Out!» hace más que elevar el promedio. Grabado durante la gira estadounidense de 1969, el disco se considera casi universalmente como uno de los mejores discos en vivo de rock y el mejor disco en vivo de Los Rolling Stones. Además, ocupa un merecido puesto en la historia de la música por ser el primer disco en vivo en llegar al puesto número uno de las carteleras británicas. Este fue el último disco de los Rolling Stones editado por Decca y aunque los conciertos incluyeron material de otras eras, la selección de temas se centra en «Beggars Banquet», el próximo a editarse «Let it Bleed», e incluye dos canciones de Chuck Berry y una de Robert Johnson («Love in Vain»).

Canciones a oír:Midnight Rambler, Sympathy for the Devil, Little Queenie

POBRE
EVITAR A TODA COSTA
DIRTY WORK
(Rolling Stones Records, 1986) 
Editado tres años después del experimental «Undercover”, «Dirty Work» fue grabado en medio de una reconciliación entre Mick Jagger y Keith Richards que no había cuajado del todo. En lo que iba de la década de los ochentas los líderes de Los Rolling Stones habían estado jalándose los cabellos por diferentes razones. Entre ellas la drogadicción de Richards, los problemas legales y pérdidas económicas que esta ocasionaba, el estilo de vida de Jagger y su búsqueda de una carrera como estrella pop. En el fondo era una pugna por el liderazgo del grupo en un momento de gran cambio en la industria de la música (Richards se aferraba a sus raíces, Jagger quería actualizar el sonido de la banda). Y como ninguno de los dos cedió, Los Rolling Stones, para todos los efectos, habían llegado a su fin.

Canciones a oír:Harlem Shuffle, One Hit (To the Body), Winning Ugly, Had It with You

GOT LIVE IF YOU WANT IT!
(London, 1966) 
LOVE YOU LIVE
(Rolling Stones Records, 1977) 
STILL LIFE
(Rolling Stones Records, 1982) 

Para ser una banda con un historial prácticamente impecable en cuanto a conciertos se refiere, es inaceptable que la calidad de los discos en vivo que Los Rolling Stones han editado en sus 50 años de vida artística sea—cuando más—bajo par. Tan fallidos han sido sus esfuerzos en este respecto que, incluso con deficiencias de sonido, los álbumes no oficiales son los que se destacan.

De hecho, el catálogo de grabaciones oficiales en vivo es tan pobre que es difícil elegir cuál es la más dispensable de todas. La opción más obvia quizás sea «Got Live If You Want It!», el primer disco en vivo de la banda. O medio-vivo porque algunos de los temas fueron grabados en estudio con gritos y todo. «Love You Live» y «Got Live If You Want It!» le seguirían si nos mantenemos dentro de la discografía oficial, aunque estos dos álbumes sufren de diferentes problemas. Principalmente la falta de energía causada por la transformación de los conciertos en espectáculos, los cuales son muy buenos en ver pero difíciles de grabar.

Los Stones tardaron bastante en comprender este dilema entre lo visual/auditivo por lo que la mayoría de sus discos en vivo son casi completamente insatisfactorios e innecesarios. Pero este sentimiento está presente en álbumes posteriores como «Flashpoint» (1991), «Stripped» (1995) y «No Security» (1998).

Curiosamente, los álbumes no autorizados de los años 1970 y 1980 suenan como deberían: crudos, atrevidos e imaginativos. Quizás el problema de los discos en vivo sea uno de producción. De demasiada producción. Nada echa a perder un disco, especialmente uno en vivo, como el exceso de cálculo.


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