Guns N’ Roses: Nice Boys Don’t Play Rock & Roll

A mediados de los años ochenta, la música popular en los Estados Unidos era el mejor ejemplo de los efectos del gobierno conservador de Ronald Reagan. Con la censura a todo vapor en Washington, que la industria discográfica convirtiera en un arte la esterilización de la música para poder venderla a la generación hija de los come flor de los sesenta, era toda una ironía. Pero esta era la única manera en que iban a poder colocarlos en discotiendas, so pena de ser multados por indecencia y antiamericanismo.

Y esto no era ningún capricho. Con la Guerra Fría a toda marcha, las acusaciones de los soviéticos sobre que el capitalismo no producía otra cosa que degeneración social, era corroborada cada vez que a Madonna se le ocurría quitarse las pantaletas en público.

La subida al poder de Reagan llegó justo en el momento en que la influencia de los Sex Pistols empezaba a sentirse en América, y bandas como los New York Dolls insuflaban un aire a la decadente música de los setentas. Los New York Dolls, no sobrevivieron la masacre, y su imagen, tras ser manipulada para consumo público, terminó en convertirse en chistes musicales como los Twisted Sisters o Cinderella adulterándo su contenido con formas y letras más aptas para los gustos republicanos (aun así los Twisted Sisters tuvieron que calarse unas cuantas audiencias en el Congreso).

Pero el ideal burgués de Reagan estaba muy lejos de la realidad, y la mayoría de los músicos que finalmente llegaban a las disqueras no lo compartían. Principalmente porque no lo habían vivido. Entre estos músicos estaban los drogadictos que serían los miembros de Guns n’ Roses.

En 1986, cuatro de ellos vivían en Los Angeles en un anexo de una tienda de instrumentos musicales. El sitio tenia un solo cuarto, la cocina no funcionaba (no que hubiese mucho que cocinar), y el baño era una copia en vivo de cualquier baño de carretera latinoamericana, pero sin la limpieza mensual.

En esa casa, Axl Rose, Duff McKagan, Slash e Izzy Stradlin vendían drogas y eran objeto de frecuentes redadas policiales. Pero con venta de drogas y todo, los residentes sobrevivían bajo una dieta a base de puré de papas y Nighttrain, un vino americano cuya clasificación le queda más que grande. Las redadas, sin embargo, no eran nada nuevo para los muchachos. Sólo Axl había sido arrestado más de veinte veces en Indiana.

Ninguno de ellos era de Los Angeles. Axl e Stradlin habían emigrado de Indiana, Slash de Inglaterra, Duff de Seattle, y Steven Adler —baterista que eventualmente se uniría al grupo— era natural de Ohio.

Guns N' Roses en foto promocional por Robert John.Además del gusto por la música, los Guns tenían algo más en común. Las razones por las que habían salido de sus lugares de origen eran no sólo económicas. Estaban escapando de vidas plagadas por las drogas y el alcohol y buscaban un nuevo comienzo. Pero como Dios los cría y ellos se juntan, las cosas no cambiaron mucho. McKagan, que era adicto a la heroína, al igual que su novia y su roommate en Seattle, se mudó en Los Ángeles con otros tres adictos a la misma droga.

En este punto de sus vidas, es imposible que alguno de ellos se hubiera imaginado lo que estaba por venir. Que ellos, unos iletrados sin futuro alguno, llegarían a cambiar el Rock & Roll de entonces y promoverían la emancipación de los músicos de las disqueras y el gobierno, acelerando el movimiento independiente de los años noventa. Con un público listo para ver un cambio de camino en el edulcolorado panorama musical, cuando Appetite for Destruction salió a la venta en 1987 los resultados no se hicieron esperar.

A la fecha, el disco ha vendido más de 15 millones de copias certificadas sólo en los Estados Unidos. Esto es más que todos los álbumes de U2 o los Rolling Stones y cinco millones más que Nevermind de Nirvana de acuerdo a las estadísticas de la revista inglesa Q. De hecho, Appetite for Destruction se ha vendido más que Sgt. Pepper de los Beatles. Axl Rose, el líder del grupo, había creado una obra maestra que definía toda la rudeza de la vida que habían soportado hasta entonces, puesto en letras al ritmo de la banda sonorade uno de los mejores álbumes de Rock & Roll de la historia.

Pero el camino había sido largo y tortuoso antes de que todo esto sucediera. Axl Rose nació William Bruce Rose en Lafayette, Indiana, el 6 de febrero de 1962. De niño había sido abusado sexualmente por su padre biológico y físicamente por su padrastro años más tarde. Cuando su madre finalmente se casó con él, Rose se cambió el nombre a William Bailey y decidió que era mejor desaparecer y hacer una nueva vida en alguna otra parte. Esa otra parte fue Los Angeles.

El único amigo que tuvo en Indiana era un fanático de Keith Richards —como él— llamado Jeff Isbell. Isbell se había ido a L.A. a comienzos de los ochentas con la esperanza de formar una banda de rock. Rose siguió sus pasos poco después, cambiando su nombre otra vez a W. Axl Rose. Isbell, había hecho lo mismo apenas pisó L.A. El suyo era Izzy Stradlin. Que las iniciales del nombre de Rose fueran WAR (guerra), Axl ha insistido siempre, son pura coincidencia.

La escena musical de Los Angeles en ese entonces se dividía básicamente en dos corrientes. El Punk Rock heredero de la influencia británica de los setentas y el Glam Rock, hijo bastardo de David Bowie y su estilo andrógino y lleno de pelucas y pechos peludos. Por lo cual no hay duda acerca de los orígenes Glam del grupo, que finalmente empezaría a tomar forma cuando Rose y Stradlin conocieron al guitarrista Slash (verdadero nombre Saul Hudson), Duff McKagan (bajista), y Steven Adler (baterista).

Slash era hijo de una pareja interracial y había crecido en Hollywood, California. Tímido desde la infancia, temprano en su adolescencia encontró en el alcohol la forma de romper la barrera que no le permitía llegar a los demás. Esto lo confirmó cuando aprendió a tocar guitarra por correspondencia y se dio cuenta que bajo la influencia del alcohol se convertía en un músico extrovertido. Sin embargo, la sola idea de hacer contacto visual, le creaba un nudo en la garganta por lo que se dejaba crecer el pelo sobre la cara para evitarlo a toda costa. En el futuro, la melena de crespos sobre la cara sería su sello personal.

De todos, sólo Duff McKagan tenía algo de experiencia. En su Seattle natal, Duff era veterano de varias bandas punk y fuera de su adicción a la heroína, era un tipo suave y abierto; con la calma que da haberlo probado todo antes de los veinte años. Fue McKagan, con la ayuda de Stradlin y el guitarrista Tracii Guns, quienes crearon a Guns n’ Roses. El nombre original había sido «Heads of the Amazon» (Las cabezas del Amazonas), después «AIDS» (Sida). El último nombre fue un híbrido entre «LA Guns» y «Hollywood Rose», dos grupos en los que todos habían estado envueltos de alguna manera. McKagan llamó a Rose para que cantara, y cuando Tracii Guns y el baterista Rob Gardner abandonaron el grupo para irse de gira con LA Guns, Slash y Adler llenaron sus puestos.

Años más tarde Tracii demandaría a Axl Rose por el nombre del grupo (en realidad es su apellido), pero ya era muy tarde. Rose había comprado los derechos sobre el nombre del grupo en 1988 y para cuando la demanda llegó a tribunales los abogados que podía comprar, literalmente acabaron con la banda.

Las primeras sesiones de Guns n’ Roses dejaron algo en claro: ellos definitivamente habían creado algo que tenía el potencial para salir de abajo. Pero como más tarde admitiría un representante de Geffen Records: eso era si sobrevivían. Después de que Guns n’ Roses llegó a la fama, los críticos los encasillaron como una banda de niñas. Un grupo prefabricado sin más valor que el que un mercadeo millonario podía lograr. Sin embargo nada estaba más lejos de la realidad.

Los miembros del grupo tenían problemas mentales y sociopáticos que ponían en peligro la corta carrera que llevaban. Su motivación principal era el rencor social. Eran más que pobres, eran unos muertos de hambre al borde de una sociedad que no daba un centavo por ellos.

Sus grandes influencias, los otros junkies de los Rolling Stones y Aerosmith, habían caído en el paternalismo social de los ochentas y estaban más amaestrados que el chihuahua de Taco Bell. Rebeldes de otrora como Sting, daban conciertos multitudinarios contra la guerra, dejando de lado sus orígenes, y las nuevas generaciones iban por el mismo camino. Desde Nueva Jersey, Bon Jovi le cantaba al amor y el despecho, y todo esto en palabras de Slash sólo significaba una cosa: la industria del disco estaba mamándose un pene gigantesco. («Music Today Sucks a Big Fucking Dick»)

La canciones de Guns eran sinceros himnos al hombre común de la clase más baja. Sus contenidos misóginos, feos y violentos. Las letras no eran precisamente escritas para la radio y la violencia que explotaba de las presentaciones en vivo era prueba de los síntomas que los afectaban. Sin embargo sería la oculta sensibilidad de la banda lo que los sacaría a flote.

La canción más amigable de Appetite for Destruction, «Sweet Child O’ Mine» los pondría en las carteleras musicales para siempre. Los problemas vendrían después, cuando los niños empezaran a escuchar el resto del álbum, con Axl Rose echando sus cuentos de sexo y drogas en el bajo mundo. Guns n’ Roses era un grupo primitivo, formado de la clase de gente que los papás no quieren que sus hijos conozcan. Vivos ejemplos del sector llamado «white trash» de la sociedad estadounidense. Ejemplos vivos de que el capitalismo puede, como todo, terminar muy mal para algunos.

Para cuando Guns n’ Roses firmó con Geffen en 1986 ,ni siquiera tenían un manager. Habían tenido uno, Tim Collins (manager de Aerosmith), pero tras dejarlo colgando con una cuenta de $450 en el bar de un hotel, este les hizo la cruz. Geffen, entonces les asignó al neozelandés David Niven, con quien Guns grabó su primer extended play. Un disco de 4 canciones, llamado Live! Like a Suicide, impreso bajo su propia productora Uzi Suicide, que le probó a Geffen que habían conseguido una mina de oro. Sin embargo, nadie en la productora estaba seguro de que fueran a lograr algo con ellos. La indisciplina era la primera razón.

Con un consumo de alcohol y drogas que los ejecutivos de Geffen describían de suicida, (causa de innumerables cancelaciones de presentaciones en vivo), Geffen llamó a Mike Clink como ingeniero de sonido. Clink, que en los años ochenta se había distinguido produciendo grupos tan disímiles como Heart, Survivor y Megadeath, tenía fama de ser un hombre de carácter, por lo que esperaban que pusiera a los muchachos en línea.

Desde el principio, Clink creyó que si podía mantener a la banda sobria por unas horas, vendería al menos medio millón de discos del material que tenía pre-grabado. Pero esto fue más difícil de lo que pensó originalmente. Buscando conocerlos personalmente, Clink les pidió sus discos favoritos. Axl le dio Ride the Lightning de Metallica. Slash trajo su colección de Aerosmith. En el estudio mientras los músicos se golpeaban y escupían entre ellos, Clink les prohibió las drogas y trató de imprimir la disciplina paternal que ninguno había tenido. Según el, eran unos mendigos con talento.

Mientras grababan el disco, Clink les alquiló un apartamento en L.A. Al final de la grabación «lo habían destruido completamente. Un día dejaron las llaves adentro y para entrar tiraron un pote basura por una ventana y después quisieron hacerlo pasar como que alguien los había robado. Para cuando finalmente los botaron del edificio, no había nada en buen estado. Parecía como si alguien hubiera estado remodelando y hubiera tumbado todas las paredes.»

Slash considera que cada canción del primer disco es una autobiografía personal de cada uno de ellos. En Welcome to the Jungle, Axl recuerda llegar a L.A. como un muchacho inocente del medio oeste. En Mr. Brownstone cuenta la existencia desesperada de ellos como vendedores de drogas, y en una de ellas incluso grabaron a Axl teniendo sexo con una prostituta para la canción Rocket Queen.

Pero toda la energía negativa y falta de sensibilidad fue olvidada por Clink cuando este escuchó Sweet Child o’ Mine, que Axl escribió para su futura esposa Erin Invicta, hija del ex miembro de los Everly Brothers, Don. «esa canción hizo que se me pararan los pelos de punta» recuerda Clink en una reciente entrevista. Cuando el disco estuvo listo, se lo llevó a Tom Zutat, jefe del proyecto en Geffen y le dijo que iba a vender dos millones de copias. Zugat le respondió «¡Estás loco!, ¡Va a vender cinco millones!»

Con la grabación finalizada, lo único que necesitaban era un título, y este apareció cuando Axl trajo consigo una ilustración del artista Robert Williams. El dibujo era de un robot que recién ha violado a una vendedora ciega ambulante, con las pantaletas colgando de los tobillos, mientras una visión infernal se arroja a devorarse al robot. La pintura se llamaba Appetite for Destruction.

Los problemas comenzaron casi inmediatamente. Como es usual, la banda fue presentada primero al público británico, como territorio de prueba. En su primera presentación antes del lanzamiento del disco, la prensa los encasilló como basura. ¡Desagradables! —dijo el Daily Star, y cuando en una entrevista Axl dijo que no le gustaban los poodles, al día siguiente en primera plana salió que Axl era un asesino de perros. El concierto por cierto, terminó en una lluvia de botellas de cerveza y agua por parte de críticos y otras bandas que no vaticinaban nada bueno.

En agosto del 87 el disco por fin salió a la venta. Con el arte de Williams en la portada, con la vendedora con las tetas afueras y las pantaletas en los tobillos, las tiendas se negaron a venderlo y las 30.0000 copias impresas fueron recogidas y relanzadas con el dibujo de una cruz —con las cara de los cuatro miembros como esqueletos— que Axl tenía tatuada en un brazo.

Pero el dibujo no era nada. Las canciones serían lo más controversial. La misoginia de It’s so Easy (Voltéate perra, para darte buen uso/ Además, no tienes nada mejor que hacer/ Y estoy aburrido), se aseguró que el sencillo fuese censurado en la radio inglesa, ayudando a que para octubre de 1987, hubiesen vendido apenas 10.000 copias del álbum. Con el rabo entre las piernas, Guns regresó a los Estados Unidos; piernas moradas de caerse a golpes en giras europeas con Faster Pussycat y Motley Crue.

En una de las historias más memorables, Mark Michael, el baterista de Faster, se quedó dormido en el cuarto de hotel de McKagan. Como castigo, el músico fue golpeado, amarrado de pies a cabeza con cinta plástica, y tras meterlo en el elevador lo mandaron al lobby del hotel.

La violencia ocasionó que fuera difícil organizar giras con otras bandas, en especial con sus ídolos Aerosmith, cuyos managers creían que de ponerlos en el mismo hotel terminarían por hacerlos caer en drogas otra vez, perdiendo todo el esfuerzo hecho para rehabilitarlos.

A pesar de esto, los conciertos en solitario de Guns n’ Roses se convirtieron en un evento donde quiera que sucedían, llenando estadios en todas partes. Con una fuente inagotable de dinero y drogas, los miembros del grupo empezaron a comerse su propio papel como estrellas del rock, convirtiéndose muy pronto en uno de los músicos más indeseables del planeta. Y el corolario a todos sus excesos les llegó el 20 de agosto de 1988.

Axl, ya se había creado fama de problemático con el público y en una ocasión había saltado a la olla a quitarle la videocámara a un fanático, que luego lo demandaría por una suma millonaria. Pero un chequeo de lo que su carrera le permitía o no hacer y de la responsabilidad que como artistas tienen en la sociedad, les llegó de la misma forma que a los Rolling Stones dos décadas atrás en Altamont, cuando un muchacho negro había sido acuchillado a muerte por un «Hell Angel», acabando, de alguna forma, con la era hippie y su mensaje de amor y paz.

El concierto era el organizado anualmente por Iron Maiden en Inglaterra llamado Monsters of Rock at Donnington Castle. Había 106 mil personas en el público, cuando Guns n’ Roses salió a escena y la violencia explotó casi inmediatamente. Mientras tocaban, el público brincaba y se peleaba violentamente en la olla, en cuyo piso dos muchachos fueron aplastados hasta morir. El grupo no se dio cuenta hasta después del concierto y según Axl Rose, nunca fue lo mismo de nuevo. Lo cual puede creerse dada la baja en los niveles de violencia en sus futuros conciertos y el camino que su música tomaría más adelante.

El 24 de julio de ese año, mientras celebraban el cumpleaños número 23 de flash, Appetite for Destruction llegó al número uno en los Estados Unidos y el camino empezó a cambiar para la banda. Pronto empezarían a caer en los números, y el público empezaría a pedir un segundo capítulo. Pero en dos años Guns n’ Roses había acumulado tanto mal karma que un tercer disco simplemente sonaba como un imposible. Y aunque Geffen estaba dispuesto a producir el álbum, Mike Clink, no sabía si tenía la energía para encerrarse de nuevo a grabar con las joyas.

Para llenar este vacío, Geffen sacó ala calle un disco de ocho canciones en 1988, G N’ R Lies, mientras los rumores empezaban a predecir la ruptura y desaparición de la banda. El álbum se vendió increíblemente, sobre todo gracias a la balada Patience, pero Axl Rose fue criticado hasta el hastío por la canción One in a Million, donde hacía comentarios racistas contra gays, negros e inmigrantes. Pero esto no hizo sino aumentar la publicidad de la banda, quien finalmente se sentó a trabajar en el verdadero sucesor de Appetite en 1990.

Durante la misma, Adler —quien había vuelto a la alineación— fue botado definitivamente y un grupo de músicos reclutados por el mismo Rose, vino a llenar los espacios necesarios para que el maratónico Use Your Illusion saliera a la venta. Los dos discos fueron hits masivos, y con toda la razón. La fuerte influencia del blues y del rock de los setentas, junto a una producción millonaria sin antecedentes los hacía unas joyas, o cuando menos tremendas curiosidades musicales.

El disco fue dividido en dos partes debido a las divergencias entre Duff, Stradlin y Axl. Los primeros querían mantener el álbum más cercano a sus raíces heavy metal, mientras Axl quería hacer un disco más experimental y sinfónico como Queen y lírico como Elton John; lo cual es bastante extraño siendo Axl un tipo homofóbico del medio oeste. Las tensiones crecieron a medida que la producción del disco avanzó y aunque al principio la división de Use Your Illusion debía resolver el problema entre ellos, al final Geffen editó los discos como una mezcla entre ambas producciones. Que Use Your Illusion I sea más metal que el II es sólo una casualidad.

Un tour de dos años siguió la salida del disco, durante la cual Stradlin renunció por no aguantar el régimen cuasi-dictatorial que Rose empezaba a imponer sobre la banda. Sin embargo a pesar del éxito, la carrera de Guns n’ Roses parecía haber llegado a su fin cuando ese mismo año salió a la venta el segundo disco de Nirvana, Smells Like Teen Spirit, anunciando la llegada del movimiento minimalista Grunge con Pearl Jam y Soundgarden a la cabeza.

Súbitamente Guns no parecía estar en línea con la realidad de la calle y la sensación de caída que embargó al grupo volvió a Rose un tipo huraño y explosivo, obligando a la banda a esperar horas antes de comenzar los conciertos. Además de esto la imagen del grupo empezó a decaer cuando los conciertos pasaron de eventos a tragedias con múltiples explosiones de violencia entre fans donde quiera que iban.

A esto se sumó los desastres que Rose enfrentaba en su vida personal. Su matrimonio con Erin Everly había terminado con acusaciones de abuso físico entre ambos y huyendo de esta situación se había comprometido con la modelo Stephanie Seymour, cuya relación terminó en lo mismo. Seymour, quien para la época salía con Warren Beaty, dejó a este por Rose y tras casarse en solitario en una capilla en Las Vegas apareció en los videos November Rain y Don’t Cry. Seymour ,según los alegatos de la corte, era golpeada salvajemente por Rose, quien al final tuvo que pagarle una indemnización millonaria a ambas ex-esposas que se sirvieron de testigos en ambos juicios. La carrera de Seymour como modelo terminaría poco después y Erin —quien dilapidó la fortuna con notoriedad tras todo el episodio en la corte— vendería los anillos de bodas para pagar la renta pocos años después.

En 1992, tras decir unas cuantas verdades sobre lo que pensaba de Axl Rose y su irrespeto por el público y excesos como súper estrella, Kurt Cobain fue objeto de un ataque por parte de Rose tras bambalinas en los premios MTV de ese año.

Para cuando el tour por fin terminó, con miembros completamente distintos, sacaron una colección de versiones de himnos punk que llamaron The Spaghetti Incident, que fue recibido sin mucha emoción por los fanáticos. Después de esto Slash y McKagan, o abandonaron Guns o fueron expulsados por Axl.

Tras intentarlo con varios músicos, ninguna de sus alineaciones sirvió de algo, lo que lo llevó a encerrarse en su casa y convertirse en un ermitaño que rara vez es visto por los paparazzi.

Actualmente tiene una banda formada por el ex-guitarrista de Nine Inch Nails, Robin Finck, el guitarrista conocido como Buckethead, que usa una caja de Kentucky Fried Chicken sobre la cabeza, el ex-bajista de Replacements, Tommy Stinson, el ex-baterista de Primus, Brian Mantia, y el antiguo tecladista de Guns, Dizzy Reed.

Con esta alineación, Rose grabó un disco llamado Chinese Democracy, pero tras varios intentos, Rose no ha permitido su salida a la venta. Y quizás nunca lo haga. El sabe muy bien que ya no será lo mismo. Como decía en una de sus primeras canciones —Nice Boys Don’t Play Rock & Roll— y ya ha pasado mucho tiempo desde que supo lo que en realidad se vive en las calles.


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