El 30 de Septiembre del 2005 un periódico Danés publicó unas simpáticas caricaturas de un Mahoma muy sonriente escondiendo una bomba detrás. Acto seguido los daneses musulmanes empezaron una serie de protestas al mismo tiempo que ponían en circulación las viñetas por el mundo árabe. Entre las que circularon habia algunas falsas que nunca habían aparecido en el periódico (como una de un musulmán rezando siendo sodomizado por un perro). Según los expertos del Esisc (centro de inteligencia europeo) ha sido el grupo fundamentalista islámico «Hermanos del Islam» el que ha puesto en marcha su maquinaria de propaganda para instrumentalizar el hecho y provocar los incidentes de estos días. Vaya usted a saber.
La imagen de las tres embajadas nórdicas ardiendo en Damasco y Beirut es suficiente testimonio de la irracionalidad que se ha apoderado de medio mundo. Las imágenes de la prensa me traen recuerdos de aquellos jóvenes quemando coches en los suburbios de Francia. Esa noche de Noviembre del 2005 los inmigrantes árabes Franceses arremetieron contra la policía y no pararían hasta un par de meses después.
Aquellos musulmanes daneses que se hubiesen sentido ofendidos lo tenían muy fácil: en un sistema democrático como el suyo, podían haber acudido a los tribunales para dirimir sus diferencias con el diario. Un juez habría decidido quién tiene razón y si el diario debería haberse disculpado o no. El gobierno danés no controla la prensa de su país, y por lo tanto no tiene absolutamente ninguna obligación de pedir disculpas de ningún tipo. De hecho, este mantuvo una postura irreprochable en este asunto, dejando que la cuestión discurriera por cauces democráticos hasta que todo ha estallado por los aires.
Estos acontecimientos me recuerdan que hace un par de décadas los daneses acogieron en su seno a infinidad de inmigrantes de Oriente Medio y les ofrecieron la mayor cantidad de libertades y beneficios sociales imaginables. Esas libertades en Dinamarca son para todos: musulmanes, cristianos o budistas. Incluyendo a los que se manifestaron en Copenhage mientras disfrutan de un fantástico apartamento financiado por su gobierno (que ya quisiera para mí). Los mismos que utilizan la seguridad social Española de manera gratuita cada vez que se ponen enfermos y los mismos que dan de comer a toda su familia gracias a un trabajo en la construcción en Francia.
Me parece indignante que los inmigrantes musulmanes en Europa critiquen nuestra cultura, nuestra política y nuestra libertad de expresión. Me parece una perversa contradicción por parte de estos la postura del «Defiendo mi religión, mi cultura, la no expresión de la libertad, las mujeres en casa con la pata quebrada etc.… pero vivo en Europa (con sus consecuentes beneficios) porque mi sistema ha fracasado en mi país.
Sintiéndolo mucho y como ciudadana Española me niego a pagar con mis impuestos la sanidad de unos señores fundamentalistas que vienen a mi país a criticar nuestra libertad de expresión mientras se benefician al mismo tiempo de ella y dan de comer a sus hijos. Con esto no quiero generalizar. Se perfectamente que entre los inmigrantes Árabes en Europa hay gente muy honrada (incluso muy explotada) que paga impuestos igual que yo ganándose las lentejas. De hecho después del atentado de Atocha en Madrid fueron muchos los musulmanes que se manifestaron en contra de la barbarie. Defiendo mi sociedad democrática. El estado de derecho tiene que ser para todos: para ti, para mí, y para la señora que recoge las fresas que nos comemos a un euro el kilo. Y es por eso que me parece completamente inaceptable la contradicción de los que se aprovechan de esos privilegios para masacrarlos después.
Me resulta bochornoso ver al presidente de mi país pidiendo disculpas al mundo árabe por nuestra libertad de expresión y pienso que los Españoles post 11-M estamos haciendo «el primo» (como se dice en mi país). Ciertos sectores de la izquierda, cegados por -vaya usted a saber qué sentimiento de culpabilidad decimonónica- ha decidido que la salvajada de las embajadas y las manifestaciones de Londres es «entendible» y hasta justificable. Zapatero pide disculpas (espero que no en mi nombre) y exige no-sé-qué, me exige que yo me limite, que me autoamordaze.
Me parece interesante como se ha desarrollado el «escándalo de las viñetas» en ambos lados del «charco». En Europa los árabes andan quemando coches y criticando la libertad de expresión mientras que los taxistas Pakistaníes de Nueva York conducen taxis con pegatinas americanas para que no les pare la policía. Aquí no quema un coche ni Dios por la cuenta que les trae. Y con esto no quiero hacer exaltación de la justicia Americana pero si que quiero criticar a la Europea que me parece excesivamente blanda. Hace poco murió apuñalado a causa de un absurdo lío de faldas un Joven Español a la puerta de la discoteca Joy Eslava en Madrid. El asesino: un joven Marroquí con 14 antecedentes a sus espaldas (intento de asesinato entre ellos). Esta «joya» había sido entrado y salido por la puerta rotatoria de las comisarías Españolas y seguía libre cuando fue capturado.
Queridos Musulmanes fundamentalistas: Yo crecí en una país muy católico (España) leyendo «El Jueves» (comic muy popular por aquel entonces). En el se ridiculizaba a Dios, a Jesucristo, al arcángel San Gabriel y a la virgen Maria. Nunca nadie quemo nada, el editor no dimitió y las embajadas no se quemaron. Lo que los dibujantes de comic hicieran, a los católicos les importaba tres pepinos pues ellos seguían yendo a misa tan tranquilos. ¿Porque no se saben ustedes aplicar el cuento? Algunos por ahí hablan de choque cultural. Perdonen ustedes, pero por la misma razón que me quito los zapatos y me pongo un velo cuando entro en una mezquita o me cubro cuando voy a un país árabe exijo lo mismo de ustedes cuando vienen a mi cultura. Y esta incluye «Libertad de expresión» o sea que si vienen a mi país respétenla por la misma razón que yo cada vez que voy al suyo respeto la suya. Si va usted a venir a quemar coches y a criticarnos, por favor: quédese donde esta. Usted es el inmigrante y el que se tiene que adaptar a nosotros. No viceversa.
El problema es que la «polémica de las viñetas» es una lucha es entre racionalismo e irracionalidad, entre pensamiento científico y pensamiento mágico, entre laicismo y fundamentalismo religioso. Supongo que ese es el choque cultural del que hablan por ahí. Mi «problema» es que creo profundamente en nuestro sistema imperfecto de la democracia y por ello los sistemas de pensamiento mágico, irracional, y totalitario no merecen mi respeto.
Como tampoco lo merece la protección jurídica de un Estado que de prioridad a una serie de sentimientos de fe sobre un principio tan sagrado como es la libertad de expresión. Por ello critico la postura de mi querido presidente y la no-deportación de los delincuentes árabes en Europa.
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