Una de las cosas más difíciles que hay es adivinar el futuro. Pero recuerdo con gracia y alegría, cuando de niño inspirado en series como Los Supersónicos y Perdidos en el Espacio me preguntaba cómo sería el mundo en el 2021. Lograba imaginar naves surcando los cielos para llevarnos al colegio evitando el tráfico y así poder dormir un poquito más; robots inteligentes que jugaban sólo lo que yo quería y hacían la tarea por mí.
Alimentos para astronautas que se vendían en los supermercados, sustitutos del tomate, la auyama y por supuesto del bendito hígado que tanto detestaba.
Hoy en día me he dado cuenta que el esperanzador futuro no es tal y que más bien es una especie de venganza divina por llevar una vida acelerada tras el maldito dinero, dejando a un lado las riquezas del espíritu.
Si viéramos mas allá de nuestra nariz, entenderíamos hacia dónde nos lleva esta marea revolucionaria. Y aunque el futuro de Venezuela es difícil de predecir, les propongo un pequeño ejercicio de meditación, para que vean como podremos ver imágenes realmente futuribles de: Venezuela Odisea 2021.
… Puedo ver Caracas y las grandes ciudades con rascacielos modernos adornados en sus cúspides por hermosos gallineros verticales, que con el cacareo de las gallinas ayudan a disimular la contaminación sónica, propia de las metrópolis del mundo desarrollado… el río Guaire es aprovechado para la piscicultura… sus hermosas riberas están dedicadas a la recreación de los miles de indigentes que allí viven y duermen al estilo Baywatch… las casas adornan el paisaje con sus conucos zamoranos, símbolo de una economía pujante y productiva, que junto al plan Bolívar 2021, mercados bolivarianos, autopistas y plazas, sirven de marco a los cultivos hidropónicos como expresión tecnológica de un país que aprovecha sus recursos y espacios… el problema de la basura es solucionado por recogelatas y mendigos, miembros de cooperativas zamora-bolivarianas… la inseguridad no es un problema, pues quien sale después de las 12 PM es juzgado por la Ley Antiterrorista aprobada por nuestra honorable Asamblea Bolivariana. Para evitar el tedio del encierro, el sistema satelital de entrenamiento Direct-Chávez con sus 250 canales, transmite Aló-Dictador las 24 horas del día, con el más fino humor, gracias a la ley de responsabilidad social de radio y TV que expropió a todas las plantas comerciales.
Grandes migraciones chinas y cubanas, ayudan al país en programas de alfabetización, medicina, instrucción deportiva, científica, siembra hidropónica… todas las cadenas de comida rápida, extranjeras y oligarcas han desaparecido. Hay una nueva raza llamada «los come yuca», seres superiores de cabeza gigante y nariz pronunciada, con gran desarrollo físico y poca capacidad intelectual… algunos trabajan en la nueva PDVSA, quien luego de regalar todo el petróleo a Cuba, se lo compra con descuento… otros «come yuca» están en la Fuerza Armada Bolivariana Revolucionaria de la República Bolivariana de Venezuela, al mando del Generalísimo Lucas Rincón, general de 10 «soles, ganados por su heroísmo y mérito a lo largo de la Revolución, durante la misión geoestratégica de empaquetar los pollos de los gallineros verticales, así como proteger a los guerrilleros en su lucha contra el régimen capitalista…
Los círculos bolivarianos son instituciones para-gubernamentales sin vinculación política alguna, dedicados a obras de caridad a lo largo y ancho del territorio nacional; aunque aún algunos traidores los relacionan con una pobre viejecita llamada «Ña» Lina Ron, exdirigente social muy trabajadora y unida a la causa del «presidente Chávez desde los albores de la revolución… los «come yuca» no distinguen entre el bien y el mal, todo lo hacen motivados por el ¼ de kilo de pollo y los 5 kilos de yuca al mes que asigna la tarjeta de racionamiento bolivariana, sin derecho a preguntar ni decir nada bajo pena de ser ejecutados por rebelión.
La oposición vive escondida. Se dicen que muchos de ellos son terroristas. Otros son catalogados de «oligarcas», lo cual ahora es peor que ser un asesino, ya que son juzgados por asambleas de «come yucas» y ejecutados públicamente para que los demás escarmienten y dejen de embochinchar al país. Para el pueblo es difícil levantar la voz, sin embargo no pierde la esperanza que para el 2021 las cosas cambien… La nueva clase dominante, los políticos revolucionarios, disfruta las ventajas del poder gracias a su incondicionalidad con el Sr. Chávez. Viven en mansiones expropiadas, tienen cuentas en dólares, propiedades en el extranjero, vehículos de último modelo año 21 y además poseen un fino paladar, que asqueado de la yuca, goza de los exquisitos platillos gourmet, servidos en los pocos restaurantes existentes, junto al escocés 21 años presente en cualquier festejo revolucionario…
Espero que esta visión no sea ni por error la que nos toque vivir y sea sólo producto de la imaginación, exenta de clarividencia, y antes del 2004 comience a cambiar el panorama hacia un destino mejor lejos de toda tragedia. Pero como sabemos, nosotros mismos tenemos que construir un mañana mejor para nuestros hijos y si pensamos siempre positivamente, Venezuela será el gran país que siempre estuvo predestinado a ser. Ya le llegará a estos delincuentes la hora de salir corriendo como las gallinas, que desde sus casitas verticales deben estar llenándoles la cabeza de excremento. ¿Acaso alguno de estos revolucionarios aduladores del régimen está dispuesto a criarlas o a sembrar yuca en el techo de su casa? Seguramente no. Es difícil renunciar a los beneficios del poder. Ahí les dejo esa, hasta la próxima.
Descubre más desde El Nuevo Cojo Ilustrado
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.