Bueno, llegamos al fin del año y El Nuevo Cojo Ilustrado en sus ocho ejemplares no se ha limitado a tratar un tema específico: Los Orishas, Juan Rulfo, Bukowski, Gabriela Mistral, las mafias rusas, el teatro en Venezuela, el 911, Colombia, Bush, los medios, Celia Cruz, el narcotráfico, los Borgia, Elvis, Cruz Diez, Schwarzenegger, San Agustín, los Sex Pistols, los inuit, las drogas, Elmer Zabó, Miguel James, el beso negro de Roxana Díaz, Bill the Butcher, Jackson Pollock, los yanquis, los medias rojas y no paren ustedes de contar.
Porque también hablamos, entre otras cosas, de la verruga de Chávez y su exquisita oposición.
¿Por qué? Porque en El Nuevo Cojo han colaborado personas de las más diversas nacionalidades, calañas, colores y tendencias sexuales. Muchos de los publicados no tienen ni idea de lo que ocurre en Venezuela ni en Cuba. El Cojo no es el Granma ni El Nacional; sino todo lo contrario, hablamos de todo. A pesar de esto, debemos admitir que últimamente le hemos estado prestando más atención de la que merece a la revista en línea El Gusano de la Luz, donde en una entrevista no sólo nos identifican erróneamente como cubanos, sino que además, al ignorar el origen de nuestro nombre (que por cierto escriben mal) revelan una ignorancia que es simplemente vergonzosa.
Esta revista, que a primera vista parece un website dirigido a niños excepcionales, anuncia su origen como parte de algo llamado www.enlacevenezuela.org, enlace que no es tal ya que está roto y no fuimos capaces de encontrarlo con ningún motor de búsqueda. Por lo cual no nos extenderemos en lo concerniente a su origen que -según el mismo website- algunos han criticado y que sólo ellos han sido capaces de explicar con soberbia, como producto de la «intelligenzia» (sic) del gobierno.
Antes de comenzar el bombardeo, debemos detenernos y definir qué es una falacia ad hominen. Bueno, bien simple, se trata de atacar al adversario esquivando su argumento. Los colaboradores que hemos estado pendientes de la reyerta venezolana en los últimos años hemos visto mucho de eso. Por un lado, ha habido chavistas llamando «oligarcas-blancos-escuálidos» a los de la oposición, sin percatarse de que muchos de esos también ayudaron y votaron porque Chávez llegara al poder y ahora disienten; por el otro, ha habido oposicionistas llamando al susodicho «mono-negro-tierrúo», sin reparar en que al oír esos epítetos una tajada del país se iba a radicalizar con Chávez, con razón o sin ella.
Desde el extranjero es muy difícil saber quién ha estado diciendo la verdad sin manipularla a través del poder que tiene en sus manos. Publicar una opinión ya no se trata de un problema ético. Ahora es un problema ético, pelético, pelempempético, pelado, peludo, pelempempudo, una gallina ha de casarse con un gallo ético, pelético…¡Ya va! que no hay ánimo de salirse del tema. El caso es que cuando leímos que en El Gusano de la Luz se referían a nosotros como una publicación cubana llamada «El Cojo Ilustrado» nos arrechamos y nos preguntamos: ¿Alguna vez habrán oído hablar de esa legendaria publicación venezolana del siglo XIX o del Correo del Orinoco? Por Dios, qué credibilidad se le da a una publicación que ni sabe de historia del periodismo venezolano ni hace una investigación de fuentes?
No hay que leer mucho El Gusano de la Luz para darse cuenta de que no estamos frente a un «papel literario». Que entre sus colaboradores aparezcan nombres como el de Paciano Padrón y María Laura García, y que además incluyan material -obviamente no autorizado- del disidente estadounidense Noam Chomsky, para atribuirse algo de dignidad, sólo empeora las cosas.
La cosa salió en una entrevista hecha por Ricardo Mitre a una de esas joyas del cine venezolano, Malena Roncayolo, acerca del documental La Revolución no será Televisada. Roncayolo es descrita por Mitre como una «fina cineasta» en una cruzada por «revindicar el oficio de los cineastas como el de unos provocadores entregados a la verdad», en contraposición a las directoras del documental en cuestión que, al final concluye, son unas cineastas a sueldo sin ninguna ética, y mucho menos «fineza».
Roncayolo, que también es miembro del consejo editorial de El Gusano de la Luz (¿?), responde a las preguntas dirigidas de Mitre con la seguridad que da tener tres óscares adornando la sala de la casa, afirmando, entre otras cosas, que la BBC está manejada por idiotas que pueden ser manipulados por dos cineastas de segunda o por un gobierno tercermundista como el venezolano que, según ella misma, es socio de la BBC. Pero las afirmaciones torpes e ignorantes no se detienen allí. También según ella la única razón por la que el documental llegó a algún festival de cine, es porque estaba bien montado. Roncayolo, que ha estado en festivales internacionales, y estamos seguros tiene una idea de lo exigentes que son a la hora de aceptar participantes, simplemente echa por tierra su propio mérito en aras de denigrar un trabajo que aunque no le guste, tiene que aceptar como producto de otros «provocadores entregados a la verdad».
Mitre, quien obviamente no acepta las premisas de la película, en vez de escribir una crítica propia, recurre al viejo y barato recurso amarillista de entrevistar a alguien lejanamente relacionado con el tema por su experticia. Esto crea cierta ilusión de credibilidad, pero sin correr riesgos, ya que siendo compañeros de trabajo, estamos seguros sabe muy bien qué piensa la entrevistada. Gracias a esto concluye sin problemas lo que desea, poniendo en práctica lo mismo que está criticando del documental sobre Chávez: falta de ética, parcialidad y manipulación.
¿Qué necesidad tiene de entrevistar a alguien que no está relacionado con el filme y cuyos mayores logros ni se acercan al del malogrado documental? Esto es lo que hace del artículo una manipulación, ya que en vez de preguntar a las autoras del documental acerca de su entrevista publicada en El Nuevo Cojo el pasado mes de abril, prefieren utilizar a alguien que ponga en su boca la opinión de su revista.
El mensaje de entrevistas como esta, acompañadas de campañas en las que le dicen a los venezolanos «No vean la película», en realidad quiere decir, «Nosotros se la explicamos porque somos los únicos con autoridad para hacerlo». Lo cual es lo mismo que decir «Todos ustedes son unos ignorantes sin criterio». Esto es altamente ofensivo y los venezolanos deberían empezar a resolver sus problemas condenando al ostracismo a cualquiera que pretenda manipular sus opiniones de esta manera.
Miembros de la oposición como los de El Gusano de la Luz, son en gran parte responsables de la ignorancia y la intolerancia que existe en Venezuela hoy en día. De hecho, esta es la gente más odiosa e intolerante que ha habido en Venezuela en mucho tiempo, y Venezuela ha conocido un buen montón de radicales imbéciles. Que Chávez esté en el poder y que su partido se perfile como una fuerza dominante es su responsabilidad, por no ser capaces de ser una opción razonable.
Thaelman Urgelles, otro de nuestros gloriosísimos directores de cine, comenta en El Gusano de la Luz que es muy buena la lista de festivales y premios de la película «ya que cuando más alto se sube, más fuerte será la caída». Lo cual también es muy bueno para esa publicación. Porque si ellos también caen, definitivamente no va a ser muy doloroso.
Nosotros contactamos directamente al Mitre y a la Roncayolo, porque creemos que en la discusión está el conocimiento. Les ofrecimos contactar a las irlandesas del documental (a quienes no conocemos personalmente), y exponer todos los argumentos a favor y en contra. También les pedimos que publicaran un disclaimer sobre su afirmación cubanofalsosa, porque a cualquiera se le va una errata. Pero nada. No recibimos respuesta. Con esa actitud, lo más probable es que la gente de la oposición solamente vea el video de ellos y que los chavistas solo vean La revolución no será televisada una y otra vez, a la salud del radicalismo y el sesgo. Bien bueno.
¡Ah! Casi se nos olvida, Malena, la explicación de la falacia ad hominem es porque no tenemos más nada que decir sobre tus argumentos, porque no hemos visto el video. Así que terminaremos esta editorial de fin de año dándole las gracias a todos nuestros lectores por su apoyo, y recordándote la verruga garrapática que tienes en la cara, mi vida, toda tu vida, cada vez que te veas en el espejo, encontrarás que aunque no quieras, tienes algo en común con Chávez. Por lo menos él, según tenemos entendido, tuvo las bolas para quitársela.
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