- Publicado en Editorial
Cuando los curas atacan
El siglo XXI definitivamente no ha tratado bien a la iglesia católica en EE.UU. Primero fueron esos desagradecidos (y muy posiblemente ya excomulgados) creyentes llorones y sus acusaciones de abuso sexual durante las últimas tres décadas. Después los escándalos de corrupción y enriquecimiento ilícito. Y ahora los nada nuevos —pero siempre jugosos— cargos por adulterio, como el que obligó a renunciar el pasado 11 de agosto al Rector de la Catedral de San Patricio en Nueva York, Cardenal Eugene V. Clark, tras hacerse público que mantenía relaciones sentimentales con su secretaria Laura DeFilippo. Clark es el tercer miembro de la Arquidiócesis en renunciar en los últimos tres años por cargos similares.