- Publicado en Tedium Vitae
- Escrito por Carolina Taboada
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Las ciruelas de la amargura
Durante una crisis de desempleo, de esas que uno elegantemente llama "between jobs", tropecé con el nombre de un conocido, luego de leerme toda la libreta de teléfonos en busca de alguien a quien pedirle trabajo. El tal Jesús y yo nos habíamos conocido durante mi primera pasantía en cine, que consistió básicamente en pegarle etiquetas a los BetaCams y llevarle café al locutor cada mañana.