- Por Raúl González
- Publicado en El Sabelotodo
¿Me caso por dinero?
Estimado Raúl, esta pregunta quizás no sea la más indicada para esta sección, pero ahí va. Estoy comprometido con una muchacha desde hace un año y no pasa un día sin que ella o sus padres me pregunten que cuándo vamos por fin a elegir la fecha para el matrimonio. Yo estoy enamorado de ella, pero hay un pequeño problema. Hay otra muchacha con la que me estoy viendo desde hace algún tiempo. Ella es heredera de una fortuna con apellido de alcurnia por todos conocido en mi país. Me imagino que ahora mismo te preguntas cuál es el problema. Bueno, el problema es que esta muchacha es, como dicen mis amigos, espantosa, cual choque con muertos. Ella también quiere casarse pero no estoy enamorado. Lo que me gusta es disfrutar de todos esos pequeños extras que me proporciona la relación, como los viajes a Miami o a Europa que oculto diciendo que son viajes de negocios. ¿Qué hago, le hago caso al corazón o a la billetera? Augusto Alberti, desde Cali, Colombia
Increíble. ¿Cómo es que a mí no me pasan estas cosas? Tienes razón al decir que ésta no es la columna indicada para este tipo de preguntas, pero me alegro de que me la hayas enviado.
Hay un viejo dicho que sabiamente reza: "Aquel que se casa por amor tiene noches maravillosas y días de pesadilla, mientras que el que se casa por dinero tiene días maravillosos y noches de pesadilla".
La decisión definitivamente está en tus manos. Más de uno se ha casado por dinero solo para pedir cacao antes de que le lleguen las primeras tarjetas de crédito por correo. En cualquier caso, como buen chulo que pareces, tienta otras posibilidades. ¿Sería posible tenerlas a las dos sin ser descubierto? ¿Podrías casarte con las dos y llevar una doble vida? ¿Está dispuesta alguna de ellas a ser tu amante en vez de tu esposa? Yo sé que lo que estoy diciendo puede ser inmoral pero no le preguntastes al cura de la parroquia. Si te decides por tu prometida en vez de la millonaria, házmelo saber. Mándame su número de teléfono. Podría darle buen uso a ese dinero, y además mi presbicia sería útil por primera vez en toda mi vida.

Raúl González
Raúl González no se hace llamar el hombre más inteligente del mundo por nada. No existe una pregunta que él no pueda responder, lo cual lo ha convertido en uno de los hombres más odiados de todo Buenos Aires.
A pesar de su divina sapiencia, Raúl González aún debe depender del e-mail para recibir correspondencia. Ha intentado, como no, transmitir preguntas a través del pensamiento. Pero según él, el resto de los seres humanos; es decir, nosotros, aún no estamos preparados para semejante avance.
Así que envíanos esa pregunta que tanto te ha comido el coco y Raúl te la responderá. Eso sí, recuerda que no por que Raúl puede responderla, significa que vaya a hacerlo.
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