- Publicado en Opinión
La teta de Janet Jackson
El año pasado vino a Barcelona un californiano llamado Peter, buen chico, amigo de unos amigos míos que habían cursado estudios en Los ángeles. Un día nos llevamos a Peter a la playa. Allí, su comportamiento se volvió bastante ansioso; en particular, no paraba mirar a su alrededor y repetir "¡Esta playa es la bomba!" "¡Aquí hay mucho por ver!", para gran extrañeza de todos los presentes, hasta que caímos en la cuenta de que lo motivaba algo que a nosotros la costumbre nos hacía pasar por alto: